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Beneficios de las Terapias Asistidas con Animales

BENEFICIOS DE LAS TERAPIAS ASISTIDAS CON ANIMALES


Son múltiples los estudios que hablan de las terapias con animales para favorecer ciertas funciones sociales o cognitivas del hombre.

Conocemos las terapias asistidas con perros en caso de niños, ancianos, gente adulta, gente con ciertas discapacidades… Nuestro amigo el perro no entiende de edades ni capacidades o habilidades, solo sabe ofrecernos lo mejor que tiene su amor y amistad incondicional.

El objetivo primordial de las terapias asistidas con perros es buscar el máximo desarrollo personal en todos los ámbitos. Éstas facilitarán el desarrollo cognitivo, comunicativo, social, emocional o afectivo y motor, dependiendo de las necesidades especiales del usuario.

  • En el ámbito cognitivo podemos destacar beneficios como:

Favorecen la orientación de la realidad: por ejemplo en el caso de personas que padecen Alzheimer los perros sirven de contacto con la realidad.

Mejoran la focalización de la atención: los perros se convierten en un punto de interés. El niño con Déficit de Atención va aumentando los periodos de tiempo de atención y concentración focalizados en el perro, los periodos de concentración y atención serán más prolongados y esto habrá que generalizarlo a otras áreas de desarrollo de su vida.

  • En el ámbito comunicativo:

Aumentan la estimulación mental: generan oportunidades de comunicación con otras personas, evocan recuerdos del pasado y sirven como entretenimiento.

Ayudan a que el usuario se comunique sin presión, el perro no juzga, por lo que se facilita la expresión oral del mismo. Esto favorece el intercambio comunicativo y aumento de vocabulario en personas con             alteraciones en el  lenguaje y comunicación como las personas con autismo.

  • En cuanto al ámbito social:

Fomentan el contacto social, sirven de tema de conversación y facilitan las  relaciones interpersonales.

Incrementan la tolerancia del usuario: a través de la interacción con el perro aprenden a ser más tolerantes con ellos mismos, con los demás y con el propio perro.

Contribuyen a la responsabilidad del usuario: aprender a apreciar los frutos de su esfuerzo. Se ha demostrado que los animales de compañía son de gran    ayuda en la reinserción socio-laboral.

  • En el ámbito emocional o afectivo:

Mejoran el estado de ánimo: se han realizado estudios donde se han visto  notables mejorías en los estados de ánimo de los ancianos en una residencia.

Ayudan a superar la depresión: el aporte emocional que proporciona a estos  usuarios el animal se ha comprobado que beneficia en gran medida a las    personas diagnosticadas con trastornos depresivos.

Satisfacen la necesidad de contacto físico: en muchas ocasiones las personas   introvertidas o con alguna alteración de personalidad, rehúyen al contacto físico con otras personas, en cambio con los perros esto no es así, se acercan para acariciarlos con facilidad.

Sirven como incentivo o motivación: en casos de rehabilitación de enfermedades como el cáncer, los perros les motivan a seguir mirando hacia delante y seguir afrontando nuevas metas.

Favorecen la descentración y el aumento de la autoestima: las interacciones   con animales les hacen descentrarse de sí mismos y centrarse más en su   entorno. Además ayudan al sentimiento de aceptación, los perros aceptan a las personas incondicionalmente e independientemente de sus características  físicas o psíquicas.

Generan empatía: hay estudios que demuestran que los niños de hogares  donde hay mascotas, son niños que desarrollan mejor la capacidad empática, la capacidad de percibir lo que la otra persona pueda sentir.

Consiguen generar la sensación de vínculo: refiriéndonos a una sensación de confianza mutua, sentimiento de conexión o compenetración. Así los perros consiguen una vía de comunicación única con el usuario.

  • En relación con los beneficios físicos, en el ámbito motor:

– Los animales de compañía están considerados como una medicina preventiva.  Su cuidado y el afecto que ellos promueven mejoran la salud y prolongan la vida.

Alivian el estrés.

Reducen la probabilidad de padecer enfermedades coronarias, bajando la presión sanguínea.

– Ayudan a mejorar habilidades físicas, en el caso de personas con limitaciones físicas o que tengan estas disminuidas.

Motivan a la realización de actividades físicas, como caminar. Por tanto,  facilitan la recuperación de enfermedades y cirugías.

Pilar Fraga

Terapeuta, Logopeda y Educadora Especial del Club Canino Sisoucan

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